domingo, 19 de diciembre de 2010

Cannabis

 El cannabis es una sustancia psicoactiva tomada del cáñamo. A sus flores se les llama marihuana.
Se suele consumir por vía respiratoria (fumando), aunque también es posible su consumo por vía oral, pero es altamente advertido su efecto al ser mas alto el nivel de riesgo a delirios y pánico.

La marihuana o cáñamo se presenta en diferentes formas. La más conocida es el fumar las flores secas y enteras (los cogollos de las plantas femeninas). Existe también aceite de cannabis, que es un concentrado cuya extracción generalmente implica el uso de disolventes como el alcohol y filtrados con carbón activo, lo cual potencia los efectos, al estar más concentrado el tetrahidrocannabinol que es la principal sustancia psicoactiva de la marihuana.

Una variedad manufacturada de la marihuana es la resina, que se llama hachís, que se obtiene mediante la extracción de los tricomas, normalmente secada y cortada en bloques de color marrón bastante oscuro y levemente verdoso y del que también existe una variedad líquida o hash oil; otra forma es la "marihuana prensada", bloques de cogollos prensados y aglutinados mediante aditivos tales como pegamento industrial o gasolina, por lo que resultan sumamente tóxicos.

Una periodicidad diaria no alcanza para que se ocasionen alteraciones estables y crónicas. La abstinencia es un cuadro altamente complejo en el cual se encuentran intercorrelacionados síntomas psicológicos y conductuales constituyendo un registro subjetivo. La marihuana no es "adictiva" sino habituante. El usuario de marihuana, cuando está privado del consumo, no experimenta la agonía de substracción que se experimenta con otras drogas como el tabaco o el alcohol.

Algunos de sus efectos secundarios son problemas de coordinación, hambre
y daños en el funcionamiento de la memoria.

El cannabis induce a un sentimiento  placentero y relajado, y a una sensación de bienestar. Esto se consigue al estimularse indirectamente el centro de refuerzo del cerebro. El centro de refuerzo es estimulado por el neurotransmisor dopamina.

El cannabis aumenta la liberación de dopamina de forma indirecta. El THC no puede provocar que la neurona de la dopamina libere más dopamina por si solo. Una tercera sustancia ejerce también su papel: el neurotransmisor GABA. Las altas cantidades de dopamina estimulan el centro de refuerzo del cerebro.

El efecto que la dopamina tiene en el centro de refuerzo de tu cerebro puede hacerte dependiente del cannabis. Quieres experimentar ese sentimiento placentero una y otra vez.

A pesar de que se libera menor cantidad de dopamina que en sustancias altamente adictivas, como speed y cocaína, el 5-10 consumidores de cannabis siguen volviéndose dependientes a la droga.

El cerebro contiene aun más receptores a los que la anandamida y el THC se pueden adherir. Están situados en puntos específicos del cerebro, lo cual puede explicar algunos de los efectos típicos del cannabis. Muchos de estos receptores se encuentran en el hipocampo, el hipotálamo, el cerebelo y los ganglios basales.

El hipocampo es vital para la memoria a corto plazo. Cuando el THC se adhiere a los receptores cannabinoides, esto interfiere con el funcionamiento de la memoria. Encuentras más difícil almacenar acontecimientos recientes en tu memoria.

El hipotálamo es conocido como el centro del apetito en el cerebro. Al adherirse al receptor cannabinoide el THC puede provocar ataques de hambre.

El THC afecta también a tu coordinación y al equilibrio. Estas funciones están normalmente reguladas por el cerebelo. Los ganglios basales están relacionados con el movimiento involuntario de los músculos. Estos son los movimientos que haces sin tener que pensar en ello. Aquí también puede crear el cánnabis problemas con la coordinación física.