En muchas partes del mundo, el consumo de drogas intravenosas es la principal vía de transmisión del VIH. Eso es lo que ocurre en diversos países de Asia, en algunas partes de Europa oriental, en diferentes países de América Latina, y en diversos países de Europa occidental como España e Italia.
El consumo de drogas está íntimamente relacionado con el VIH. Ese lazo se produce cuando las drogas se inyectan y se utiliza un material contaminado. Además, es un hecho reconocido que el consumo de ciertas drogas puede hacer aumentar un comportamiento sexual de riesgo que a su vez puede favorecer la transmisión del VIH. Aparte del VIH, existen otras más enfermedades transmisibles mediante relaciones sexuales sin protección.
De los diferentes modos de transmisión del virus que existen, la inyección directa de una sustancia contaminada por el VIH en el torrente sanguíneo es el más eficiente de todos ellos: mucho más aún que la transmisión por vía sexual. Por tanto, el consumo de drogas y el VIH juntos forman una combinación explosiva. El uso de drogas intravenosas tiene un papel capital en la manera y el momento en que la epidemia de VIH empieza en una determinada región y en cómo sigue extendiéndose.
En realidad, en algunas partes del mundo el consumo de drogas intravenosas ha contribuido al inicio repentino de la epidemia de VIH.
En la actualidad, en el mundo hay por lo menos 5,5 millones de consumidores de drogas intravenosas, repartidos entre 128 países y territorios, en comparación con los 80 países contabilizados seis años antes. Solamente en los Estados Unidos de América, se calcula que hay hoy día unas 700.000 personas que se inyectan drogas. En la Federación de Rusia, se estima que hay entre 350.000 y 700.000 usuarios de drogas intravenosas: una cifra alrededor de 20 veces mayor que la estimada en 1990.
Ya que la infección por el VIH es una de las consecuencias más graves posibles del consumo de drogas por vía intravenosa, nuestro criterio debe ser reducir el daño a los individuos y las comunidades: impulsando y fortaleciendo programas de prevención del VIH eficaces entre los usuarios de drogas. ¿Cómo hacerlo de la mejor manera posible?
En primer lugar, es absolutamente vital emprender de inmediato iniciativas de prevención, mientras que la prevalencia del VIH sea todavía baja y no esperar a que la epidemia se generalice.
Segundo, se debe contar con un conjunto integral de medidas para prevenir la propagación del VIH entre los usuarios de drogas intravenosas. Entre esas medidas figuran suministrar material estéril para inyección; educar a los consumidores de drogas intravenosas y a su pareja sexual acerca de los riesgos del VIH y de las prácticas seguras y aumentar su sensibilización a ese respecto; facilitar programas de tratamientos medicamentosos; proporcionar acceso a servicios de consejería, asistencia y apoyo a los consumidores de drogas intravenosas infectados por el VIH, al tratamiento de las ETS y a otros servicios de atención de la salud; y distribuir preservativos.
Es importante movilizar y hacer participar plenamente las comunidades locales para que esas medidas surtan efecto. Ningún elemento individual del conjunto de medidas resultará eficaz si se pone en marcha sin los demás. Pero el elemento más importante es facilitar material estéril para inyección a los usuarios de drogas intravenosas.
Tercero, la manera más eficaz de llegar a los usuarios de drogas intravenosas es a través de actividades de divulgación y de educación de pares. Los agentes de divulgación son personas capacitadas que no pertenecen a la comunidad de usuarios de drogas, aunque pueden haber sido también consumidores de drogas intravenosas. Los educadores pares son usuarios de drogas intravenosas que han recibido capacitación para trabajar con su comunidad.
¿Cuáles son las intervenciones de suministro de material estéril para inyección que han resultado eficaces? Una intervención satisfactoria son los programas de intercambio de agujas que funcionan junto con otros componentes del conjunto de medidas.
En esos programas, se entregan una aguja y una jeringuilla estériles a cambio de las usadas. El cambio puede ser efectuado por una persona o una máquina expendedora. Entre los países donde los programas de intercambio de agujas han resultado eficaces como parte de un programa de prevención integral del VIH destinado a consumidores de drogas figuran Australia y el Reino Unido, y en menor escala el Brasil, Nepal y la Federación de Rusia. En la actualidad hay también muchos proyectos de intercambio de agujas en todo el mundo, pero pocos se están aplicando en las cárceles, donde por lo general existe un problema de consumo de drogas intravenosas particularmente grave.
Los resultados de muchos estudios confirman actualmente que, si funcionan adecuadamente, los programas de intercambio de agujas reducen el número de nuevos casos de infección por el VIH sin que, por otro lado, aumente el consumo de drogas. Y tenemos que reconocer asimismo, claro está , que las estrategias para prevenir la infección por el VIH en los usuarios de drogas intravenosas puede reducir también otros riesgos para la salud, incluidas las sobredosis y la transmisión de otras infecciones contraídas por la sangre, como la hepatitis B, la hepatitis C, la sífilis y el paludismo.
Más información acerca de enfermedades transmisibles mediante relaciones sexuales sin protección en http://infoets.blogspot.com/
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